sábado, 25 de junio de 2011

Una sonrisa rota.



Contigo sonreía. No pensaba en el día de mañana por simplemente tenerte el día de hoy. Pensaba que tenía el mundo en mis manos por tú decirme: "Eres la dueña de mi corazón". Que mal estuve. Que mal estuve al dejar a mis amigas por ti: un imbécil que solo supo jugar con mi frágil corazón.



Y así, sin más, no supiste aprovechar lo que tenías. Yo si te amé, aunque tú nunca lo hayas hecho. Y con una simple despedida me dejaste destruida, con la sonrisa rota.